Aunque exista la creencia de que Linux no es un sistema operativo que se guinde, lamento decir que esto no es del todo cierto. Si pasa de vez en cuando que una u otra aplicación se quede bloqueada/guindada y al parecer no podamos hacer nada. Si han usado Windows sabrán del famoso «CONTROL+ALT+SUPR», algo imperdible cuando queremos cerrar algún proceso que no quiere funcionar, pero ¿cómo hacemos esto en Linux?

Existen un par de instrucciones que podemos usar en estos casos. Pero también hay otro método que se parece más a lo que hacemos en Windows, algo fácil, especialmente para aquellos que acaban de migrar.

Ve a Sistema/Administración/Monitor del Sistema. Nos saldrá algo parecido a la ventana que nos sale en Windows cuando presionamos el combo famoso de las tres teclas. Si vas a la pestaña «procesos», verás todo lo que está pasando en tu sistema. Busca lo que está guindado, haz click derecho sobre él y luego en matar proceso. Eso es todo.

Hay otra forma de hacer esto a través de la consola con los comandos «kill» y «killall«, pero creo que ahora con la facilidad que tienes para usar sistemas operativos Linux por tener un entorno gráfico tan amistoso, no es necesario enredarse la vida aprendiendo códigos, que se terminarán olvidando al rato. Esto no quiere decir que hay que ser flojo con este tipo de aprendizaje, pero esa es otra historia.